Segundo partido de Liga en el Bernabéu y segunda exhibición del Madrid en casa. Aún sin Zidane ni Makelele, los locales han sido muy superiores en calidad, inteligencia y, sobre todo, en pegada.

El público tuvo la primera oportunidad de levantarse de sus asientos a los 10 minutos, cuando un pase interior de Cambiasso fue desviado de tacón por Helguera a la red, rompiendo el fuera de juego. Un auténtico golazo de un jugador como Helguera que, aún jugando como defensor, sigue con su olfato de gol intacto. El juego siguió en general a buen nivel. Osasuna demostró que su filosofía de juego ha cambiado con su nuevo entrenador e hizo también buenas jugadas, hasta el punto de que, en los últimos minutos del primer tiempo, pasó a dominar el partido

Los visitantes abrieron el segundo tiempo con una gran oportunidad, tras dos rebotes en el área, que salvó Casillas. Ahí se vio la gran diferencia entre un equipo y otro, porque el posible 1-1 se convirtió en el 2-0 cuando Guti remató a gol una jugada casi idéntica. Y un minuto después, Figo, completamente recuperado este año, sirvió a Raúl un magnífico centro para hacer el 3-0.

Con Osasuna en estado de shock, siguieron los mejores minutos del Madrid. Sin embargo, un inexistente penalty de Casillas permitió a los visitantes acortar distancias (los árbitros siguen siendo lo peor con diferencia en la mejor liga del Mundo). Esto despertó a los visitantes que de nuevo se atrevieron a trenzar buenas jugadas, pero a la salida de una falta Helguera acabó de matar el partido. Incluso Morientes, salido en la segunda mitad, marcó un nuevo gol que fue anulado de forma "misteriosa" por el árbitro.

El Madrid, pues, promete jugar a un nivel casi insuperable en casa. Si mejora su rendimiento como visitante respecto al año pasado, la Liga no debe escaparse.

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